17/11/09
Gente imbécil.
Pues que me animo a llevar mi Curriculum a una empresa bien pedorra de por el suereste de la República y descubrí que en todas partes hay imbéciles prepotentes que se creen dueños, incluso, del tiempo de los demás.
Llegué temprano, como supuse debían ser entregados los papeles. 10 de la mañana, ni muy muy ni tan tan. Pero para eso tuve que viajar casi dos horas desde su humilde mansión. Y bueno, me recibe la típica secretaria carilinda pero que tal parece que fue sacada de alguna dependencia de gobierno: unas sabritas abiertas junto al mouse y una Coca Cola de un litro del otro lado del teclado. Con unos audífonos horribles conectados a la computadora y como con seis ventanas de messenger abiertas. Desde que me vió hizo mueca, como si estuviera tan ocupada como para que alguien le robara un par de minutos valiosos para terminar la información que le habían requerido. Inmediatamente la cambió por una mueca que pude interpretar como sonrisa amable me miró y me explicó que esa documentación sólo podía ser recibida hasta después de las 5:00pm porque "La persona encargada de recibirlos hasta esa hora atiende".
No tenía caso regresarme hasta mi casa. Realmente no contaba con los recursos que eso implicaría. Entonces decidí recorrer la ciudad (mil veces visitada) y alguna que otra plaza cercana al lugar. Comí algo modestamente y repitiéndome "Calma, calma" cada 30 minutos.
Para no alargar la historia (que realmente da para más, pero los posts largos da hueva leerlos, cof, cof) regresé a las 5:00pm en punto. Y ésta vez la mujercita estaba tal cual la había dejado de ver en la mañana. Nomás cambiaba su humor porque ahora se mostró realmente amable. Me pidió que me sentara y comenzó a explicarme la vacante (ya saben, perfil requerido, campo de acción, etc.) y yo realmente estaba atónito y con una pregunta golpeándome los dientes para poder salir. Finalmente la interrumpí y pregunté: ¿Perdón, es usted quien se encarga de reclutar? Y entonces su semblante cambió. Se enfureció. Se puso roja de coraje. Cerró los ojos para calmarse. Sonrió nuevamente y me contestó en un tono dulce algo forzado: "Así es, solamente que mi política (si, era solamente suya, no de la empresa, no era una norma, no era siquiera una orden de su jefe) me dice que solo puedo recibir documentos después de las 5:00 pm" y continuó con su rollo profesional.
Me enojé mucho pero no tenía opción de hacer nada más, simplemente cerré los ojos, me calmé y puse atención. Ojalá rinda frutos tal desgaste. Y ojalá ninguno de nosotros juguemos con el tiempo de las demás personas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Jajaja era bipolar la morra, además la agarraste "almorzando" jajaja no te agüites, aquí y así nos toco vivir jejeje
saludos
La cagaste. Hubieras sido muy amable con ella... incluso tirarle el perro o de plano ser muy halagador. Para esas personas en general que son despreciadas por otras desde una mayor altura, el mejor remedio es abonarles su parcelita de poder; no te quita nada y obtienes beneficios.
Jajajaja tirarle el perro...
Pues no ma, tambien la cageteaste estaba desayunando wey!
Pues buen tip de El Tipo, pero se me hace muy malévolo alimentar los defecotos de los demás (lo haré jajaj).
Publicar un comentario