7/9/09

Es por eso que amo...

Yo me considero depresivo. No lo soy; eso es algo quienes no todos sufren y algo que no se le debe desear a nadie. Sin embargo, me encanta estar en un estado profundo de tristeza. No es emo como muchos van a decir. Al contrario. De igual manera amo la euforia. Sin embargo, me gusta más la tristeza. No es estar de azotado. Simplemente me gusta ese sentimiento. Lo amo.

En realidad, amo las emociones extremas. Es muy cierto una cosa sobre mi persona: funciono mejor cuando estoy en un ataque de ansias. Es un sentimiento auto destructivo pero muy constructivo al momento de hacer distintas cosas. Cuando estoy en este estado puedo escribir como mejor me gusta. Lo mismo pasa cuando estoy con la nostalgia. Sin embargo, no pasa lo mismo cuando estoy feliz. Mi euforia es lo peor para mis escritos. Se vuelven torpes, llenos de malas comparaciones y parecen textos escritos para Arjona.

Me gusta mucho escribir, y me encanta estar absorto en mis pensamientos, pero el sentimiento de felicidad jamás me ha dado la suficiente energía para tener un pensamiento coherente. Sin embargo, el letargo es excelente para pensar. Con el letargo, puedo con mucha facilidad envolverme en pensamientos y discernir entre malos y buenos argumentos; depuro falacias.

Mis mejores textos fueron escritos con mucho enojo, tristeza o nostalgia. Son como más me gustan y cuando mejor describo. Por eso a yo no creo en el aspecto negativo de estos sentimientos. Alguien alguna vez me dijo “lo tuyo definitivamente es la añoranza”. Es muy cierto. Amo ese estado.

2 comentarios:

El Tipo dijo...

Añoranza es diferente a tristeza.
Melancolía es diferente a tristeza.
Ser taciturno es diferente a estar triste.

Yo no creo que te guste la tristeza, más bien tu persona es un poco huraña y recelosa... por eso a veces solamente sientes que tú te comprendes y elaboras mejores juicios recapacitando sobre tus propias acciones.

Eso habla de una personalidad equilibrada y reflexiva.

(ok, se acabó tu tiempo... pasa con la secretaria a cubrir mis honorarios...jeje)

Güengo dijo...

También a mí me gustan los estados de tristeza. la tristeza genera cierto placer. es un sentimiento un tanto egoísta, pero cuando se sabe canalizar resulta muy positivo no sólo para uno mismo, también para los demás.

No mames tipo, ahora resulta que eres sicólogo jajaja aunque uno muy malo por cierto jeje