Guerra de sexos (o Sex wars)

Ayer en el twitter hubo una batalla que me encabronó mucho. Fue una extraña guerra de sexos de esas encabezadas por feministas empedernidas cuya naturaleza no es mucho mejor que la de un misógino empedernido. Tal vez algunos fueron testigos de esa lucha de hashtags de hombres vs. Mujeres; me sentí en secundaria.

La verdad fue que ninguno me pareció gracioso y muchos de ellos incluso ridículos. Supongo que en estas guerras se nota quienes realmente abogan por destruir las barreras de la discriminación y desigualdad.

En primer lugar: hay mujeres que piden igualdad de oportunidades sin ser discriminadas por su sexo, sin embargo, niegan en aceptar que ninguno de los dos sexos es superior ante el otro. Para poder alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades, todos debemos aceptar que las únicas diferencias entre hombres y mujeres son las biológicas. Se debe a su vez aceptar que dichas diferencias no son base suficiente como para poder establecer diferentes desempeños en actividades intelectuales y laborales. Es decir, la posesión de cierto tipo de genitales no hará la diferencia de que tan bien se desempeñará una cierta actividad.

En segundo lugar: No podemos pedir una equidad de género si ambos géneros –que de por sí mismo es incorrecto darnos a nosotros mismos un rol de género por nuestro sexo- se escudan tras argumentos como “ser hombre es ventajoso; si te coges a muchas mujeres eres cabrón, si eres mujer y te coges a muchos hombres eres puta. Ergo, es ventajoso ser hombre”. Este tipo de argumentos son dañinas para la búsqueda de equidad. En lo personal no le veo ningún problema a que alguien del sexo femenino busque tener tantas parejas sexuales como ella quiera, y tampoco veo porque un hombre deba cogerse a más de una para ser cabrón. Son presiones sociales que se contraponen contra la salud mental y física de una persona.

Me atrevo a decir esto dada la situación donde la gente debe escoger entre lo bien visto ante la sociedad y lo que de ellos nace. Muchas veces varias personas desean ser de una manera. Por ejemplo: un hombre que no sienta la necesidad de tener relaciones sexuales seguidamente, sin embargo, que debe hacerlo para quedar bien ante sociedad. Esta presión, aunque parezca un simple problema adolescente, se llega a dar en muchas personas, definidas como tales o aun en definición. No puedo sino imaginarme el estrés psicológico que causa estar entre la satisfacción de un estándar colectivo o tus propios estándares. Esta tensión de dos polos lleva indudablemente a problemas fisiológicos. Ese tema, no lo abordaré yo, pero me parece menester mencionarlo.

En tercer lugar: siempre que se desata una guerra verbal de esta índole no se logra más que un retroceso. Los partidos se polarizan y por momentos, creen tener la razón. Que el género y sexo que defienden son los superiores; que orinar parado es más ventajoso que tener hijos; que por ser hembra es más ventajoso por poder manipular de una manera sexual a un macho. Decía mi abuela que la mejor manera para obtener algo de un hombre era pedírselo justo antes del orgasmo. Por ideologías así, hay mujeres misóginas que crean misóginos. Por la existencia de misóginos abusadores, hay radicales feministas con ideas de gigantescos bancos de esperma para la sustentación biológica de una especia completamente lésbica.

A mi parecer ninguna de estas posturas pueden llevar a la sana comunicación y construcción de una mejor sociedad. Al contrario parece ser un retroceso. En vez de avanzar y buscar el bien común, nos detenemos ante nimiedades de que sexo es mejor y bilógicamente ventajoso. Al contrario, son complementarios y un sexo sin el otro no puede sobrevivir.

PD. Perdonen la terrible redacción y cualquier error de dedo. Me dio un poco de fiaca por tiempo corregir el texto. Prometo hacerlo.