Primero que nada quiero agradecer la cordial invitación para formar parte de éste espacio. Durante ya algunos meses he seguido el desarrollo de éste blog porque me parece que el concepto siempre ha tenido bastante potencial y ahora que tengo la oportunidad de contribuir en su contenido haré lo posible para no decepcionar con mis aportaciones.
Fuera de lo anterior no ahondare en detalles sobre mis antecedentes o formación, principalmente porque a estas alturas no le veo el sentido. Además esas cosas, como en una buena historia, poco a poco se van revelando. Sin más, los dejo con el post original del día de hoy.
Continuemos:
No quiero sonar como ese triste y amargado anciano que con las pocas fuerzas que le quedan toma su bastón y golpea al primer incauto que trata de escapar de sus venenosos monólogos sobre tiempos mejores. Sin embargo, he de aceptar también que no soy ningún dieciocho añero.
Uno no se da cuenta, pero aunque los días pasen cada vez más rápido, la experiencia que dejan sigue teniendo un impacto importante en lo que somos y sobre todo en cómo pensamos. “La gente no cambia” dicen por ahí, y puede que tengan razón; aún así yo creo que siempre estamos… ¿Cómo decirlo? Avanzando.
Algo que me llama la atención de todo esto es esa antigua necesidad adolescente de “clasificar” a la gente. Pareciera que en nuestros años mozos no solo es obligatorio formar parte de un grupo consolidado de la comunidad; si no que además es preciso categorizar de manera exhaustiva a toda persona que habite bajo nuestro mismo sol.
Dicho comportamiento comienza a presentarse de forma temprana en la secundaria. Aunque a ésta edad muchos apenas comienzan a formar su personalidad, gustos y aficiones; ya se puede apreciar un cierto nivel de segregación. Empiezan a aparecer por ahí los grupitos de la “banda malosa”, “los cerebritos”, “los deportistas”, “los aniñados” entre otros.
Pero en la preparatoria es donde las cosas agarran color. Aquí surgen los fresas, punks, otakus, geeks, emos, darks, etc, etc. No importa que tan amplio sea el espectro de tus gustos y actividades; es indispensable que caigas bajo la estela ordenadora de la comunidad adolescente.
Y la historia continúa AÚN en la universidad, en donde las divisiones parecieran más sofisticadas (aunque en mi opinión igual de arbitrarias). Aquí tenemos a la gente bohemia, los alternativos, hippies, líderes estudiantiles, deportistas de alto perfil, emprendedores, intelectuales (y pseudo intelectuales), entre muchas otras más.
Incluso en la vida adulta la gente insiste en categorizar, siendo la más clara prueba esa terrible guerra de generalizaciones entre los “licenciados” e “ingenieros”. ¿Dije acaso que con los años íbamos avanzando? Tal vez no.
Desde mi muy personal punto de vista todo lo anterior es un poco triste (un poquito nada más). Día con día los jóvenes se unen a estos selectos grupos humanos tan solo para aislarse más los unos de los otros. En mi opinión no hay justificación que valga para auto denominarte “inadaptado” social; y lo peor del caso es que aunque solo algunos de los grupos anteriores tienen en alto esa bandera; la inútil división que ellos mismos se auto imponen provoca ese mismo problema hasta en el líder de los “chavos socialité”.
Al final llega un punto en el que nos vemos forzados a convivir en una sociedad que se niega a proteger las invisibles barreras de estos grupos. Y de ahí, comenzamos a darnos cuentas de nuestra incapacidad para generar un poco de empatía con la gente que nos rodea. A ésta edad yo no creo pertenecer a ninguna “clasificación”. Soy simplemente una persona más, con mis gustos, mis aptitudes, mis pasatiempos y mis necesidades.
Pero si aún así se quieren ver en la penosa necesidad de encasillarme en un rol específico, adelante, no les voy a negar ese placer.
5 comentarios:
No es necesario hacerlo... te encasillaste tu solo en una área desconocida de aquellos jóvenes-ya-no-tan-jovenes distintiva por la generación que le tocó...
Finalmente somos seres humanos; por lo tanto somos seres políticos y sociales. Es innegable este hecho. El sentido de pertenencia sigue siendo una actividad completamente normal desde que hubo una división social de roles.
¿A eso te referías no?
Algo que me encabrona es que también hagan clasificación o etiqueten a los GAYS por simple serlo. Como si eso definiera quien son. Yo odio las etiquetas con todo mi hígado y corazón, jajaja
Cuando leí el post de grupos y subgrupos creí que hablabas de Matemáticas de Teoría de Grupos y Álgebra moderna jajajaja qué friki soy
Bienvenido a este barco
Tipo: Más o menos jejeje. Sociales lo somos. Pero tal vez nos falte un poquito más de sociabilidad.
Ge Zeta: Lo de los gays es un ejemplo clásico. Ser gay es solo una más de los miles de cosas que te caracterizan, pero estoy seguro es el factor que más utilizan para "diferenciarte".
Es como los generos musicales. Nunca falta aquel que no encaja en los que ya se encuentran establecidos, y entonces la labor clasificatoria se vuelve inútil.
Algo que no entiendo es como un grupo puede odiar a otro sólo por que no comparten las mismas ideas.
I still want to see the dire need to pigeonhole into a specific role, go ahead, I will not deny that pleasure.
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