En estos momentos me encuentro en mi clase de análisis numérico haciendo una práctica de un tema del cual entiendo nada. Vemos polinomios y los valores de alguna tabla rara a la que le faltan datos. Así que en vez de estar intentando comprender algo que me será imposible hasta que no estudie formalmente, he decidido hacer el post que me tocaba escribir el día de hoy y que debió publicarse ya hace horas.
Aprovechando el hecho de que estoy evadiendo mis labores escolares, incluso estando en la escuela, he decidido hablar sobre el deleite que es posponer algo que es importante que a la larga nos dará de comer por algo importante que simplemente nos gusta hacer. Tal ha sido el caso de mi tarea con la escritura últimamente –aunque no haya escrito tanto. Ya ha pasado antes. Hace unos meses tuve un aborto, digo, un intento de cambio de carrera frustrado. Uno se da cuenta que la carrera donde uno está no es lo suyo cuando uno anda pensando en proyectos que no soy de su profesión. Como dijo Arjona de una manera muy mala en una canción igual de mala pero con tonada pegajosa, ¿qué es lo que hace un ingeniero creando periódicos culturales? Hay cosas que parecen hobbies pero más bien se vuelven pasiones, y tal es mi caso con todo lo que no sea ingeniería. Pero me quedo aquí porque sino me pegan en mi casa.
Así que en vez de hacer tarea y poner atención, me dedico a escribir o a pensar en que voy a escribir; a leer y a tomar fotos. La harmónica los últimos días ha sido un bonito escape, pero esa es historia para otro post que se titulará “De cómo hice que le sangraran los oídos a mis amigos”.
Pero la verdad con lo que más me distraigo es platicando con ciertas personas en el mensajero. Resolvemos el mundo –claro- y al terminar la plática ya es de madrugada y hay que levantarse en unas horas para venir a clases y hacerme tarugo y estudiar lo mínimo necesario para panzar.
Creo que lo que debería hacer es chingarle mucho para terminar rápido lo que no me gusta, salirme de mi casa –que tampoco me gusta- y conseguirme un trabajo –que no me gustará, pero me mantendrá- para entonces poder hacer de mi vida un papalote y dejar de hacerme pendejo evitando mis labores porque entonces mis labores serán hacerme pendejo escribiendo y leyendo. ¡Ay! ¡Qué bonito! Quiero tener la vida de un vago.
Ustedes, ¿no se hacen también idiotas a la hora de enfrentar sus labores cotidianas? ¿Apoco no es bien sabroso tumbarse en sus sillas o camas y ver videos en youtube, leer blogs y escribir pendejada y media creyéndose el importante? ¡Ah! La hermosa vida de un blogger.
Compartan sus experiencias en un momento en el que deban estar haciendo algo más.
6 comentarios:
No dejes que esas labores cotidianas frenen lo que realmente quieres hacer. Por que para cuando termines, salgas de tu casa y tengas un empleo igual y ya se te olvido lo que realmente te gustaba.
Yo no me he perdido tanto en la computadora...
Por eso no opino, sí, me ha pasado que me quedo hasta las 5 6 de la mañana cuando me tengo que levantar a las 8, es cuando ya no c si valió la pena estar haciendo tonterias...
Mientras estudié la carrera hice lo que planteas y vaya que lo hice demasiado... reflexionando no me arrepiento de nada, pero hay momentos en la vida en los que uno tiene que dejar ese tipo de vida, claro que no del todo, sólo lo suficiente para poder pagar comida, una casa y claro... el internet.
Se supone debería estar haciendo trabajos y proyectos pendientes, pero estoy pisteando tan tranquilo que estoy por hacer lo que menciona el Gûengo en su último post
Exactamente.... andas posteando mi vida!
Puesme sucede eso... bueno ya me sucedió estoy apunto de cumplir lo de salirme de mi casa y trabajar en algo que no me gusta y hacer mi vida un papalote =)
Saludos
Jajajaja... Yo si me pierdo; a veces.
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